Por Adriana Hamacher
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Mientras Rusia lucha por controlar su crisis del coronavirus, los funcionarios han propuesto levantar la prohibición del gobierno sobre la aplicación de mensajería encriptada Telegram, informó el miércoles el sitio local de noticias Kommersant.
Esto viene después de años de esfuerzos infructuosos por parte del Kremlin para bloquear la popular aplicación de mensajería, y es una indicación de la escala de la pandemia de coronavirus en Rusia. De hecho, las propias autoridades han recurrido a la difusión de información vital sobre la enfermedad en Telegrama.
"Una prohibición declarativa adicional del mensajero perjudica el prestigio de la autoridad del Estado, no el desarrollo del Telegrama", argumentaba un proyecto de ley redactado por dos parlamentarios. "Hay un gran número de servicios gratuitos que nos permiten eludir fácilmente la prohibición."
El proyecto de ley -enviado a la oficina del Primer Ministro y al Ministerio de Comunicaciones- es un testimonio de la incapacidad del Kremlin para prohibir Telegram, a pesar de sus mejores esfuerzos.
La aplicación es una opción popular para la comunicación en Rusia, donde su tecnología de encriptación hace posible que las personas se envíen mensajes entre sí sin que el gobierno fisgonee, y que los organizadores de las protestas operen con casi impunidad.
Telegrama perdió el favor de las autoridades luego de que su fundador Pavel Durov (el ruso Mark Zuckerberg) se negara a revelar las claves de cifrado a los servicios de seguridad. Posteriormente, se vio obligado a huir de Rusia.
Los intentos iniciales de los funcionarios de prohibir el Telegram fueron disparatados. Secciones enteras de la web, tiendas en línea, servicios -incluso la venta de entradas del museo del Kremlin- fueron bloqueadas inadvertidamente, mientras que el público se aferraba rápidamente al acceso a la aplicación de mensajería a través de VPNs (redes públicas virtuales) y los manifestantes convirtieron a Durov en un icono.
Ahora las autoridades deben sopesar el atractivo disidente de la aplicación con su alcance en la difusión de información vital sobre la pandemia.
Rusia, hasta la fecha, ha informado de sólo 555 muertes como resultado del coronavirus; se acusa al Kremlin de enmascarar los brotes en regiones remotas.
Las imágenes de las ambulancias haciendo cola hasta nueve horas para llegar a los hospitales contrastan con una imagen de control sobre la pandemia.
Mientras tanto, los planes para expedir pases digitales a los trabajadores, a fin de facilitar el cierre de cuatro semanas, han sido acogidos con sospechas y temores de que las autoridades intervengan y husmeen en los datos personales.
El presidente Putin ha creado una imagen basada en el orden, la prosperidad y la estabilidad. Sin embargo, los gobiernos regionales sólo pueden ofrecer 3.000 rublos (40 dólares) en un pago único a aquellos que han perdido sus trabajos como resultado del bloqueo.
"El paternalista estado ruso... no puede cumplir sus promesas. No pueden ayudar a la gente, no pueden ayudar a los negocios", dijo a la BBC Andrei Kolesnikov del Centro Carnegie de Moscú.
Los casos de coronavirus en las regiones de Rusia están creciendo a un ritmo más rápido que en Moscú. El lunes, cientos de personas en la ciudad sureña de Vladikavkaz salieron a manifestarse contra el cierre. Algunos estaban sin duda usando Telegram.
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