En Resumen
- Según una encuesta, solo el 24% de las personas en todo el mundo conoce Web3, mientras que el 37% no tiene idea de qué es.
- El deseo de descentralizar el Internet y tener más control sobre los datos personales y la privacidad impulsa el interés en Web3, incluso si no se conoce el término.
- La aceptación de las criptomonedas varía según las regiones, con más escepticismo en países europeos, Japón y Corea del Sur, y una mayor aceptación en países africanos y latinoamericanos.
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Incluso si a la gente le gusta lo que Web3 promete ofrecer, casi nadie entiende lo que significa el término Web3. Al menos eso arrojó una encuesta.
En una encuesta reciente realizada por la empresa YouGov junto con la empresa de software de Ethereum Consensys, se le preguntó a personas de todo el mundo sobre su conocimiento de las tecnologías emergentes, cómo se sienten acerca del estado de la economía de Internet y cuáles son los valores que priorizan en línea, determinando que pocas personas tienen una idea de lo que es Web 3, incluso si han oído hablar de ello.
La encuesta de YouGov-Consensys se llevó a cabo a nivel internacional, abarcando a más de 15.000 participantes de 15 países diferentes. Durante el período comprendido entre el 26 de abril y el 18 de mayo, se les plantearon 32 preguntas específicas sobre Web3, criptomonedas y su perspectiva respecto al actual ecosistema de Internet.
Según los datos revelados, el 24% de los encuestados de todo el mundo dijo que al menos conocía Web3, pero solo el 8% dijo que estaba muy familiarizado con él y el 16% dijo que estaba algo familiarizado con él. En contraste, el 37% dijo que no tenía ninguna idea de qué era la Web3.
El concepto de Web3 se centra en remediar los problemas que acompañaron a la Web 2.0, la segunda etapa de Internet, que introdujo una mayor interactividad del usuario. Para los defensores de Web3, el Internet actual no deja a los usuarios suficiente control sobre sus datos personales, contenido o privacidad. En cambio, confía en empresas centralizadas como Google o Amazon para administrarlo.
Pero el entusiasmo por la Web3 nunca despegó realmente y sigue siendo tan suave como el algodón.
El deseo de descentralizar el Internet alejando el control de las grandes empresas y devolviéndoselo a los usuarios es lo que sustenta las esperanzas de la generación que confía en la Web3. Paradójicamente, los encuestados abrazan en gran medida estos valores incluso si no están familiarizados con el término Web3.
Alrededor del 67% de los encuestados dicen que deberían tener más propiedad sobre su contenido en línea. Solo el 38% de las personas encuestadas dijeron que se sienten adecuadamente compensadas por cualquier cosa que produzcan en línea. Siete de cada 10 encuestados dicen que creen que los usuarios deberían compartir las ganancias que las empresas están obteniendo de sus datos en este momento.
En cuanto a la privacidad, el 79% de las personas encuestadas dijo que quieren tener más control sobre sus identidades en línea.
La encuesta YouGov-Consensys también publicó nuevos hallazgos que mostraron una mayor conciencia sobre las criptomonedas. El 92% dijo que está al tanto de las criptomonedas y el 50% afirmó entender cómo funcionan.
Aunque el conocimiento era más amplio, la aceptación de las criptomonedas variaba según las regiones.
Los países europeos, Japón y Corea del Sur expresaron más escepticismo sobre las criptomonedas, algo que la encuesta dijo que se basa en la idea de que las criptomonedas no son confiables o son demasiado especulativas.
Mientras tanto, la aceptación fue más fuerte entre los países africanos y latinoamericanos, lo que la encuesta especula que tiene que ver con la percepción de que las criptomonedas son una alternativa más estable que las monedas locales.
De hecho, en algunos países como Nigeria, un país con la mayor población y economía de África, se están dando pasos para expandir cómo se usa y regula la criptografía. Sin embargo, también hay países como Argentina, donde la inflación sigue siendo muy alta, pero las autoridades han tomado medidas enérgicas contra la criptografía.